miércoles, 17 de enero de 2018

UCAM Murcia 85 - 65 EWE Baskets Oldenburg

Seguramente lo que más me gusta de la Champions es el hecho de poder acudir a los partidos sin saber absolutamente nada (o casi nada de los equipos rivales). Cuando uno acude con asiduidad al Palacio de los Deportes acaba familiarizándose con jugadores, entrenadores e incluso árbitros (en algunos casos, especialmente los árbitros) de la Liga Endesa. Pero la Champions te da la opción de llegar virgen al partido, como en LEB. Tienes la opción de ser sorprendido, de que la pregunta "¿Qué hace jugando ahí ese tío?" tenga connotaciones radicalmente opuestas. De la más profunda admiración ante un jugador muy por encima del resto de sus compañeros (acompañado de la muletilla "A ese podríamos ficharlo") al asombro más absoluto ante el pésimo nivel de algún rival (en ese caso más de uno apelará a que "nosotros hemos fichado a gente aún peor, eh.").

Hasta ahora, los equipos que han pasado por Murcia en esta competición han tenido algunas características comunes: Ciñéndonos al juego, son por lo general equipos bastante anárquicos, con escaso rigor táctico y con americanos que acaparan juego y tiros como ocurría hace 20 años en la ACB. Es decir, imprevisibles (sin ir más lejos, el equipo que nos ha visitado este Martes nos cosió a triples en su pista y hoy han acabado con un pésimo 1/17 desde más allá de 6,75). Otro de los aspectos en común que han tenido muchos de los equipos que nos han visitado es que algún díscolo miembro de sus cuerpos técnicos ha acabado enfrentado a la grada. Y son esos pequeños detalles los que harán que dentro de 10 años la afición se acordará mucho más de la Champions que de la Eurocup. La Eurocup efectivamente era una competición muy europea. Muy del norte de Europa. Había un criterio arbitral claro y definido a lo largo de todas las jornadas. La Eurocup destilaba profesionalismo.

La Champions es lo radicalmente opuesto. Destila amateurismo por los 4 costados. Hoy hemos sido testigos de un partido 100% Champions. Si antes del inicio del partido se les hubiese dicho a los espectadores que a final del tercer cuarto se iban a alcanzar unos decibelios que no se oían en Murcia desde la vuelta de Chris Thomas, pocos lo habrían creído. Pero así fue. Un criterio arbitral cambiante y errático que acabó estallando con la descalificación de Ibon Navarro encendió a una grada aletargada. Y despertó a un UCAM Murcia que, a pesar de haber logrado una renta por encima de los 10 puntos, parecía condenado a otro final igualado.

Otro elemento por el que la Champions es una competición interesante es por la manera de afrontarla de nuestros jugadores. Por supuesto que salen a ganar los partidos y su actitud ha sido sobresaliente en lo que llevamos de torneo (a la clasificación hay que remitirse), pero algunos jugadores juegan con más soltura y menos encorsetados que en la Liga Endesa. Sin ir más lejos, hoy Sadiel Rojas ha anotado un aro pasado remontando por línea de fondo tras recibir en la esquina que en otra circunstancia (si el rival fuese Joventut y no Oldenburg) habría acabado directamente en tiro de 3 puntos. Otra acción que no habíamos visto en su repertorio ha sido el triple con doble paso hacia atrás después de hacer volar a su defensor.

El partido de Ovie Soko ha sido colosal. Hacía mucho tiempo que no veía un partido a este nivel en el que un jugador generase tanto desequilibrio desde una situación concreta (recibir en poste medio y jugar 1x1). Las respuestas desde el banquillo rival han llegado tarde y han sido ineficaces.

Me preocupa el partido de Kevin Tumba. Nunca será un arma ofensiva, pero sabías que defensivamente aportaba intimidación, defensa y rebote. Hoy en ninguno de esos aspectos ha estado bien. Además, si bien a Marcos Delía se le ve una evolución en su juego ofensivo, Tumba está estancado. Hace exactamente lo mismo que cuando llegó a Murcia. Cierto es que Oldenburg tenía unos pivots bastante móviles y que jugaban muy abiertos, pero ha habido algunos detalles en el cierre del rebote y en la defensa del bloqueo directo que demuestran que el belga está lejos de su mejor nivel.

Ante la expulsión de Ibon Navarro ha debutado como primer entrenador Alberto Miranda, uno de sus ayudantes. La verdad es que lo he visto muy nervioso al principio, hablando mucho con el resto del cuerpo técnico y con el resto de jugadores. Realmente era una papeleta complicada, con los jugadores desquiciados ante lo que consideraban una labor arbitral desfavorable y perdiendo cada vez más renta. Ha optado por no arriesgar con los cambios y ha conseguido incluso ganar el average con los alemanes. Yo pensaba que por experiencia y tiempo de permanencia en el club iba a dirigir Pepe Rodriguez (para poder cantar con razón aquello que le cantan en las oficinas del club. "Pepe Rodriguez, primer entrenador"), pero sin duda una eventualidad así está hablada de antemano y Alberto Miranda será en lo sucesivo el sustituto de Ibon en caso de que vuelva a ser descalificado ( o si hay sanción en competición europea, que no sería descartable viendo como ha  seguido protestando una vez que lo han expulsado).

Ahora que se ha puesto a tiro, y sabiendo que no nos podemos cruzar con un equipo español (como me ha señalado un lector), molaría ver a un equipo de los que quizás no volvamos a ver por aquí, lo más exótico posible. Quien sabe que jugador sorpresa podría traer ese equipo, o qué miembro del cuerpo técnico acabará a la gresca con la gente.

1 comentario:

  1. "Me preocupa el partido de Kevin Tumba. Nunca será un arma ofensiva, pero sabías que defensivamente aportaba intimidación, defensa y rebote. Hoy en ninguno de esos aspectos ha estado bien."

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